Debate viejo si los hay.
Dentro de la enorme oferta en el campo de la literatura infantil a veces encontramos libros que nos dejan sabor a poco, o que nos satisfacen solo un momento: lease y tirese.Sin embargo, muchas veces estamos ante la paradoja de que aquello que consideramos de peor calidad es lo que más les gusta a los chicos.
Tal vez porque las ilustraciones son llamativas, o tienen a sus personajes preferidos. Tal vez porque el libro es un resumen de una película que les gusta. Las ventas de estos libros suelen ser positivas y podríamos estar horas discutiendo sobre capitalismo, mercado de consumo, etcétera.
Por suerte no es el objeto de este post.
¿A donde apunto? A que ofrezcamos literatura, y los demás libros irán apareciendo solos. Relajar nuestras expectativas es parte central (creo desde mi humilde opiniòn) de encontrar el disfrute en la lectura. No por consumir algo significa que lo otro no exista. Insisto en que compartir con los chicos (ya sea la granja de un bendito y popular personaje, o el ratón de una gran corporaciòn) es lo que realmente cuenta. Encontrar lo positivo, lo que nos funciona a nosotros, pese a cualquier valoración académica. Sobre todo no pedirle peras al olmo, hay libros-entretenimiento y hay libros que realmente marcarán un antes y un después en nuestras vidas. Libros que nos invitan a pensar y analizar el mundo que nos rodea desde distintas aristas.
Profundidad, arte, belleza las podemos encontrar en los libros, hay que probar y nunca cansarse de ofrecer.